Las lámparas halógenas supusieron un adelanto en comparación con las incandescentes, alargando su vida útil gracias a diferencias en el diseño del filamento, pero no mejoraron sustancialmente el aprovechamiento de la energía eléctrica.
En Argentina, está prohibida la importación y venta de lámparas incandescentes desde el año 2011 y ahora, en consonancia con lo que ocurrió en Europa desde el año pasado, el Senado aprobó una ley que hace lo mismo con las lámparas halógenas desde el 31 de diciembre de 2019.
La intención de la ley es promover el empleo de iluminación LED, que es mucho mas eficiente y amigable con el medio ambiente.